La gente recorriendo

No son los azules de Ives Klein pero comparten el vacio
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¿Qué devuelve el espejo?
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Horizontes en capullos

No sabían por donde empezar...las cosas ya no eran como antes, los caminantes ni siquiera miraban hacia el cielo y cuando a hurtadillas a veces lo hacían, no se daban cuenta que el sol estaba lleno de manchas rosadas.
La simple sabiduría intuitiva los llevaba hacia atrás intentando desarmar caminos por donde ya no podían avanzar. Ciento veinte mil computadoras taponaban la salida y otras tantas vigilaban la débil mirada de algunos ojos de vidrio o de plástico, que bajo la forma de anteojos o lentes intraoculares, marcados por el sello de la corporación, hacían que todos vieran lo mismo.
Parecía imposible escapar de la miseria, una miseria a veces rica, a veces pobre, intelectual, sensible, pero siempre miseria. Hasta miseria de no ser nadie, ni siquiera para cumplir con el deber que los anteojos imponían.
Una y otra vez, tanto ella como él quisieron borrar la marca, ya estaban hartos de pertenecer a esa encrucijada sin horizontes sin fruta fresca, flores y niños. Pero no había alternativa siempre terminaban trabajando para ellos. Cada acción en busca de la libertad se tornaba infructuosa hasta que algo sucedió. Después de varias jornadas de meditación, donde dejaron diluir sus destinos hacia el cosmos, el diálogo cambió su color y dejó ver una brecha, luego un sendero; más tarde entró la música, llegaron olores desconocidos y otras bellezas indescriptibles. Sus cuerpos se tornaron flexibles hasta llegar a ponerse patas para arriba y cuando el movimiento superó ampliamente la inercia y la tristeza, la miseria se disipó como por arte de magia y aun sin abandonar el suelo ambos salieron volando como mariposas, ángeles o extraterrestres. Allí se dieron cuenta que durante largos días, meses y años, habían estado limpiando un capullo ajeno y ahora, eran sus propios ojos ágiles y dispuestos que abiertos a los vientos comenzaban a ver un mundo diferente. La liberación total llegó cuando borraron el sello, metieron el cuerpo y revolearon los ojos hacia múltiples horizontes del espacio.

MB



El espejo invierte la gravedad
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Los Refugios giran y sorprenden
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